Un avión y un cuento
Me recuesto en mi asiento y veo con los ojos entrecerrados cómo coquetean en el pasillo. Ambos siguen el periplo de intentar vender golosinas, pero el carrito es lo de menos. Ella sonríe y se recoge el pelo con la mano derecha mientras él repite <<snacks, comida, refrescos>>. Una vez avanzan y chocan con el reposabrazos de la fila 15 no hay reproches, es la ternura la que se apodera de ellos. Me pregunto cómo se conocieron. Me pregunto si en algún momento planificaron volar de una punta a otra del mundo con sus caras enfrentadas. La complicidad pudo nacer al avisar a los próximos a la salida de emergencia. Me cuestiono la causalidad, si existe la posibilidad real de conocer alguien afín a ti. Ellos son el resultado de las circunstancias. Un día se encontraron volando y unieron sus manos, pero no decidieron el momento o el lugar. Si la persona de la que llevas enamorado 3 años no hubiese aparecido, ¿quién serías hoy? Es burdo pensar que somos el resultado de interacciones aleatorias. Y también es abismal entender que la dependencia guía parte de nuestras decisiones. Abismal o humano, depende de cómo se mire.
Pajarillos
Un pajarillo sobrevolaba la campiña. Era grácil y hermoso, pero él no se conformaba con eso. Sus plumas coloridas y pico curvado cortaban el aire, abriendo el cielo. Deseaba con tantas fuerzas convertirse en un animal majestuoso que un día cambió y dejó de ser.
Un pajarillo de alas esmirriadas y color plomizo salió del cascarón. El plumaje se le caía y dejaba a la vista su desnutrido cuerpo. Decidió alzar el vuelo y no llegó a elevarse lo suficiente. Una familia recogió al pajarillo y lo sirvió a la cazuela. Nadie volvió a acordarse de él.
Un pajarillo era ciego. Su madre gorjeaba y le dejaba la comida en los bordes del nido. El cuervo grazna. El pajarillo un día dejó de estar presente. Su madre le añoraba, pero los gorjeos no le traerían de vuelta a su hijo.
Un pajarillo fue criado en cautividad. Su amo le quería, le daba la comida con papilla y este hacía gorgoritos en su flácida oreja. Un día la jaula se abrió de par en par. El pajarillo voló y buscó a su amo, pero nunca más volvería a posarse en un hombro.
Un pajarillo encontró el amor. Se le veía alegre, ensimismado en aquellas plumas verdes. Ambos piaban y saltaban sobre las ramas de los cerezos. Su pareja, despistada, se perdió y se posó en otra rama. El amor no volvió.
Un pajarillo. ¿Quién es el pajarillo?
El indomable Will Hunting (1997, Gus Van Sant)